Cuando nos encontremos con personas de nuestro entorno que presenten estos comportamientos podemos intentar hacerles ver que hay maneras más efectivas de comunicación que el Whatsapp o las redes sociales. También es aconsejable procurar que realicen actividades libres de tecnologías, como puede ser el deporte o el entretenimiento al aire libre.

Además, es muy importante establecer unas pautas de control con niños y niñas; trazar unos límites y concretar un tiempo de uso semanal de los dispositivos. Es más recomendable jugar al «Trivial», en familia y reunidos en torno a una mesa que dejar que jueguen al «Preguntados» por el móvil. Evidentemente, no tenemos que prohibirles el uso total de los dispositivos pero si llegar a acuerdos coherentes.

Seguro que conoces más de un caso de parejas que se rompen o familias preocupadas con sus hijos e hijas, en parte, por este tipo de adicciones; que hacen que las posturas se vayan distanciando y contribuyen al aislamiento social y distorsión de la realidad.